Que no puedes conducir con la mano escayolada es algo que ya deberías tener claro. Casos como el de Iker Casillas en 2013 y todo el revuelo que se formó a su alrededor deberían servir para recordar qué se puede y qué no se puede hacer al volante.
El motivo parece más que justificado. Con una escayola es imposible que conserves todas tus capacidades como conductor intactas, ya que la movilidad nunca va a ser la mejor del mundo.
Con el brazo escayolado o con un vendaje muy fuerte será difícil que puedas agarrar el volante como es debido y que realices bien las maniobras.
Pero ¿qué ocurre con una escayola en la pierna si por ejemplo tienes un coche automático? Pues exactamente lo mismo. Y es que la Dirección General de Tráfico entiende para conducir no debe haber ningún elemento que merme tu capacidad para dominar el coche.
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En concreto el artículo 17 del Reglamento General de Circulación establece que “los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos”. A esto se añade la continuación en el artículo 18 según el cual “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.
Si la policía te para y ve que tienes la pierna o el brazo escayolado o con un vendaje muy fuerte te podría multar con entre 150 y 300 euros, además de quitarte entre tres y seis puntos.
Además, en caso de tener un accidente de tráfico, tu seguro de coche podría no cubrirte tampoco si entiende que no estabas en condiciones de coger el coche.
¿Y si conduzco un automático?
Esta regla general se aplica a todos los coches. Da igual que tengas que embragar o no para cambiar de marcha. Si tu coche es automático tampoco podrás cogerlo con la pierna escayolada.
El motivo es que la DGT sigue entendiendo que no estás en condiciones de controlar totalmente el vehículo.
Tampoco con collarín
Una escayola o un vendaje inmobilizante te impidirán conducir el coche, pero no son los únicos. Si tienes una dolencia cervical y llevas collarín o un vendaje en la espalda del tipo ‘ocho’.
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Recomendaciones de la DGT
¿Y cuándo puedes volver a conducir? La DGT recomienda sobre todo paciencia. Si estás de baja por esa lesión el organismo estima que no deberías conducir tu coche. Si te has roto una pierna puedes salir a la calle, pero no deberías conducir, además de no poder si estás escayolado.
Desde un punto de vista laboral, la ley establece que se puede «hacer todo aquello que no perturbe la recuperación y tiene obligación de hacer todo aquello que la favorezca». Si tienes una lesión de hombro, lo más lógico es que no conduzcas porque podrías agravarla. Al final, el tipo de baja será la que determine si puedes o no conducir.